Bolivia enfrenta la peor crisis en décadas. Al cierre del 2024, en la actual coyuntura nacional se registra una creciente inflación, un crecimiento económico bajo, corralito de dólares, el desabastecimiento de combustibles y el incremento continuo de precios de los alimentos agobian a la población boliviana, situación que ha sido empeorada por bloqueos y pugna interna en el Movimiento al Socialismo (MAS).
Al igual que el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, el analista económico Darío Monasterio sostiene que los bolivianos viven en un corralito, debido a que no puede hacer uso de sus dólares, que es de libre circulación.
Los bancos no tienen divisas suficientes y no existe oferta monetaria de dólares, el país ingresó en un cepo cambiario de la moneda estadounidense, ya que la libre circulación se frenó por la escasez, de acuerdo con el análisis de Monasterio.
En criterio de economistas, la inflación alcanzó niveles inesperados, la caída de las reservas internacionales pone en riesgo el valor de la moneda boliviana, y la falta del diésel causó pérdidas considerables al sector productivo del país.
Además, sostienen que las reservas internacionales, que alcanzaron los $us 15.000 millones en 2014, hoy apenas superan los $us 2.000 millones, y de ese monto, solo $us 121 millones están disponibles en moneda extranjera líquida. Esta situación ha obligado a recurrir al mercado negro del dólar y pagar hasta un 60% más por dólares que el tipo de cambio oficial.
COMPLEJO Y DESAFIANTE
La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), a través de su presidente Giovanni Ortuño, alerta sobre la grave situación económica del país. “Este año ha sido complejo y desafiante para todos: la ciudadanía ha soportado el aumento de los precios, mayor dificultad para conseguir trabajo y la caída de sus ingresos”, señaló.
Asimismo, manifestó que estos problemas pueden ser desalentadores; sin embargo, consideran que “nuestro país va a salir adelante porque millones de bolivianos seguiremos acá, trabajando, generando economía y apostando por un futuro mejor”.
Entre otros hechos, los incendios forestales han causado una devastación significativa en varias regiones de Bolivia, arrasando con casi 10 millones de hectáreas de áreas verdes, informó el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). El departamento de Santa Cruz que ha sido el más afectado, seguido de Beni y La Paz.
Por otro lado, informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dan cuenta que el sistema judicial boliviano enfrenta una crisis estructural que combina corrupción, politización y falta de independencia. Esta situación ha dado lugar a graves violaciones de derechos humanos y una profunda desconfianza pública.
El pasado 15 de diciembre, luego de un retraso de un año, más de 7 millones de bolivianos participaron de las elecciones judiciales, las que se desarrollaron de manera parcial por primera vez en un ambiente de incertidumbre y con información insuficiente de los aspirantes.
Via: El Diario