La Corporación Minera de Bolivia (Comibol) cerró de manera definitiva 36 de las 56 bocaminas ubicadas por encima de la cota 4.400 en el Cerro Rico de Potosí, en cumplimiento de una sentencia judicial destinada a preservar la estructura del icónico cerro. Según la Gerencia Regional de Comibol en Potosí, este año se clausurarán diez más, dejando solo ocho en operación para 2026.
La medida responde a una resolución de 2022 de la Sala Constitucional Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Potosí, que ordenó reubicar las actividades mineras por debajo de la cota 4.400 para evitar daños irreversibles al cerro. El fallo exige al Ministerio de Minería y a Comibol garantizar que las cooperativas mineras cumplan con normas técnicas y operen en zonas seguras.
El proceso comenzó con el sellado de 13 minas abandonadas y continuó entre 2022 y 2024 con el cierre de 23 adicionales, alcanzando las 36 clausuradas hasta ahora. Para 2025, se prevé cerrar otras diez, mientras que las ocho restantes deberán ser reubicadas o desactivadas en 2026.
Comibol coordina este esfuerzo con cooperativas mineras, autoridades locales y la Universidad Tomás Frías, buscando identificar nuevas áreas de explotación con potencial mineralógico. Sin embargo, el avance es lento debido a la complejidad de los estudios técnicos y la necesidad de consensos con los actores involucrados.
El cierre de las bocaminas busca prevenir colapsos en el Cerro Rico, que ya ha registrado hundimientos en el pasado, pero genera preocupación entre las cooperativas que dependen económicamente de estas operaciones.
Via; Los Tiempos